BAILE FLAMENCO
Batir de alas, me ha recordado mi tiempo de baile sobre los tacos de flamenco. Era muy pequeña, tenia entre 4 o 5 años. Una de mis maestras, me llevaba al escenario, y me explicaba los pasos de danza. Yo sentía que aprendía al ritmo de la pasión. Estos días de cuarentena, me han recordado aquellos pasos, firmes, fuertes, y llenos de deseo. Será que habían sido transmitido con amor? Aquel amor que tanto necesitaba en esas épocas.
Mis castañuelas sonaban al ritmo de los tacos, de unos zapatos de cuero algo gastados. Anudaba las castañuelas al dedo, y las hacia sonar, como dos gotas de madera, que reían sin cesar. Yo reía con ellas, me dejaba llevar. Fluía con las notas y los pasos de danza. Batía las castañuelas, batía los volados como alas, que alguna vez sabrían volar.
Y así con una peineta negra de encage recogía mi ennegrecido cabello. Blanca como la nieve, y pelo moreno, resaltaba la rosa roja, que complementaba con los volados rojos del vestido de fondo negro. Finalmente, tuve que actuar a fin de año, era el momento para mostrar todo lo aprendido. Junto con un compañero, salimos al ruedo. Dos pequeñitos que nada sabían de la vida. De repente, lograron salir y brillar.
Nunca olvidaré ese primer paso de baile aprendido con amor. Será que ese batir de alas siempre me ha acompañado, y ahora quiero volver a experimentar ese paso firme, con fortaleza y con emoción por lo logrado? Será que ese batir de alas, me acompaña a transitar la vida con la escritura o con todo lo bello que llegará...
Y finalmente encuentro la castañuela perdida, que tanto he llorado, cuando en mi paso de vuelta final, retomo la vida que quiero recordar.
Romina Laura Sasselli.
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